Alice y Rémy
Alice Mei y Rémy Kouakou Kouame, bailarines de fama internacional, ya eran conocidos y reconocidos antes de formar este dúo. Juntos son más musicales, precisos y elegantes que nunca. El rápido juego de pies de Alice combinado con la legendaria relajación de Remy crea una energía desbordante pero controlada, que siempre aparece y desaparece en el momento justo. Una creatividad loca, siempre al servicio de la música y el entretenimiento.
Estos dos se han encontrado: sentido del espectáculo y del ritmo, alternan momentos en solitario y pases en pareja que ponen de manifiesto todas sus habilidades. Carismáticos, envían sonrisas comunicativas.
Alice empezó a bailar a los 4 años. De los 4 a los 14 años, tuvo el honor de interpretar a casi todos los personajes de Disney, desde «Dopey» hasta «Campanilla».
Finalmente, ingresó en una escuela nacional de danza durante otros 4 años, donde practicó a diario danza clásica, contemporánea y jazz. Poco a poco, cansada de estos estilos de baile, empezó a buscar algo nuevo. Tras algunos intentos fallidos de danza africana, flamenco y kick boxing, por fin encontró su verdadero amor: ¡el Lindy Hop!
Mientras tanto, Alice estudiaba arquitectura y trabajaba en el hermoso sur de Francia. Dividía su tiempo entre la danza y la arquitectura cuando le surgió la oportunidad de dedicarse a la danza a tiempo completo. Con algo de miedo y dudas, dio el paso y se dedicó a lo que más le gustaba. Desde entonces, se dedica a girar y a enseñar Lindy Hop a tiempo completo.
Ganó el «Dancers’ Choice Award» en la ULHS en 2006. En clase, enseña los mismos principios que aprecia como bailarina y se centra sobre todo en la sencillez y el ritmo.
Rémy cayó en el mundo del baile Swing a una edad muy temprana. Destacado competidor, ostenta numerosos títulos de prestigio, como el de Campeón de Francia y Campeón del Mundo de Boogie Woogie.
Desde hace varios años, también se ha distinguido como profesor y ha viajado a los festivales internacionales más importantes para compartir y transmitir su pasión y sus conocimientos. Lo que más le gusta compartir es la alegría que nos da la danza. Entonces luchó contra la intelectualización de la danza y militó por la diversión y el sentimiento. Para él, bailar es… vivir… ¡expresarse!